sábado, 22 de septiembre de 2012

Día 8

Nunca había tenido que hacer cola para ducharme. Y si encima ves sólo mujeres en la cola, sabes que vas a tardar en ducharte.

¿Sabéis ese momento estúpido que ocurre cuando estás haciendo cola, sólo tienes a una persona delante, y de repente te acuerdas de que te olvidaste algo?. ¿Cómo demonios se me pudo olvidar la toalla para ir a la ducha?. La toalla. Manda cojones. Estaba tan adormilado que el inglés no me salía, sólo podía balbucear. Busqué la toalla y vuelta a empezar.

De camino a la Galeria, descubrimos un mercadillo. Era enorme, y vendía de todo: prendas, toallas, comida, mantas... y no llegamos a ir al fondo del todo. Unos polacos disfrazados con ropas típicas tocaban el acordeón y demás instrumentos mientras seguían una ruta. El sitio es parecido al mercadillo de San Mateo, pero con los puestos mas juntos. De haber tenido dinero, había salido de allí con más de un artículo.

Hoy se celebró un pase de modelos en la Galeria Krakowska. Mujeres que nos sacaban dos cabezas y hombres apolíneos llevando prendas y exhibiéndolas. Todas las mujeres tenían la raya del pelo de color plateado. Raro. Los hombres eran hasta guapos. Parece para encontrar a un polaco guapo tiene que ser modelo. Fue un evento interesante, aunque a mi me la acabó comiendo un poco.

Para almorzar tuvimos pechuga, papas y unos rollitos que parecían croquetas. Cortar la pechuga es muy chungo. De cuatro pechugas que teníamos, sólo saqué 5 filetes buenos. Un desastre, pero igualmente se pudo comer. Y estuvo delicioso, además. Parece que estamos empezando a ponernos serios con la comida, y dejamos de comer basura fuera. Pero basura de la buena, todo sea dicho. Si mi alma de gordo se desatara, no haría más que comer deliciosa comida polaca. "Zapikanka, zapikanka!!", grita uno de mis compañeros, deseoso de volver al barrio judío a probar dicho manjar.

A pesar de estar a 18º, el frío se hace presente. Nos pasamos el día descansando en el piso. Haciendo tiempo y hablando. A las 8 y media quedamos con Ángel. El plan era ir a casa de Juan Daniel, que daba una fiesta en su casa. Conoceríamos a muchos polacos que nos querrían emborrachar. La cosa no podía pintar mejor... pero decidí no volver a hacerme ilusiones, ni crearme expectativas muy altas. Vamos a casa de un colega a pasar el rato. Planazo mejor, imposible.

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