viernes, 28 de septiembre de 2012

Afera

El día no había empezado muy bien. Nada grave. Fue un cúmulo de cosas que se iban amontonando una a una: no tenía teléfono, no podía hacer transferencia de mi banco al polaco, mi pésimo inglés dificulta el tener conversaciones normales, me tuvieron que ayudar a encender la cocina... la cosa llegó hasta el final del vaso, pero sin rebasarlo

Embajonado, fui a casa de mis colegas. Mi refugio. Un día sin verlos y ya los echaba de menos. La falta de gente conocida con la que desahogarte hace mella, y esos chicos se han convertido en mis parientes más cercanos aquí.

Un culo y unas cervezas. No puedo decir que la cosa me animara mucho, pero agradecía de verdad la distracción... y bueno, la cerveza ayudó, desde luego

El plan era salir de marcha a las 11 PM. Como miembros del recién nombrado "Pachorra Team", salimos de casa a las 12 PM. No nos esperaba nadie esta vez, así que la demora no me disturbó. Nuestro destino era el Afera: una discoteca situada en las cercanías del Carpe Diem 2.

El ambiente del lugar no podía ser mejor. Las fiestas Erasmus están llenas de eso, Erasmus. Y más del tercio de ellos son españoles. Esa noche quería algo diferente a lo que ya conocía. Y vamos si lo conseguí.

No sabría como describir la arquitectura del lugar. La discoteca tendrá como 4 habitaciones. Sitios para pedir copas, sentarse y una gran pista de baile. Sobra decir que pasé la mayor parte de mi tiempo bailando.

La gente se divertía como nunca. Respecto a la música, puedo afirmar que es la primera discoteca que no me ha disgustado ninguna canción. Una tras otra, bailaba y reía. Era jodidamente feliz. Hasta olvidé la gran bolsa del pie que no me dejaba apenas caminar.

Aquello estaba lleno de mujeres preciosas. Aún no soy consciente de mi condición de Erasmus. Se supone que tengo que desinhibirme aquí, soltarme y ser yo mismo. O no serlo, según se mire. Aún así, bailar se sentía diferente. Uno estaba acostumbrado a bailar con su gente. Estar rodeado de caras conocidas y pasarlo en grande. En Las Palmas, sólo te hundías entre la multitud si estabas borracho, y completamente ajeno a tu alrededor. Las marchas en Polonia son todo lo contrario. Puedes estar entre la gente y no sentir tal cosa. Estaba a gusto,  rodeado de desconocidos que me sonreían. Era una sensación increíble. Ni el hecho de ser perreado por un tío me descolocó. La gente lo pasaba bien, y lo demostraba arrimando cebolleta a otros hombres... o eso quiero pensar.

La noche seguía su curso, y mi compañero y yo no parábamos de bailar. Nos pusimos al lado del DJ, donde teníamos una vista completa del resto de la pista. Unas chicas muy simpáticas nos acompañaron bastante tiempo durante la noche. Simpáticas del tipo acariciar mi pelo. Revolverlo, mas bien. Simpáticas del tipo que te quitan la ropa. Literal.

No puedo decir que me no sintiera incómodo mientras me desabrochaban la camisa, pero eh, estaba en Polonia. Que cojones.

Cuatro sublimes Cheeseburguers nos acompañaron a mi colega y a mi de camino a casa. Una sonrisa de oreja a oreja y una gran sensación de satisfacción. Y así, amigos míos, es cómo se supera una depresión.

2 comentarios:

  1. La cheeseburguer que te tenias que comer era la de alguna de las "simpáticas polacas"

    Una pregunta cuanto cuestan ahi esas hamburguesas que aqui cuestan un euro? xD

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    1. Al cambio sería 80 y pico céntimos. Creo que te sale más rentable comprarse un menú por 3 euros y medio xD

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