Eran las 7 AM. No podía creérmelo. La noche anterior había salido de marcha. La marcha más corta y desastrosa de la historia. Todos borrachos y contentos. Menos yo. Me tocó vigilar a una compañera que estaba muy muy borracha. "A special request for you", me dijeron mis amigos turcos... correcto. Me vengo de Erasmus y me toca ser responsable. Era lo último que quería en ese momento, pero no se deja atrás a una compañera.
La noche transcurrió enseguida para mi. Un viaje al baño y cuatro intentos fallidos de entrar al Coco. Había que vestir elegante, decían. ¿Qué demonios le pasaba a mi ropa?. No entendía nada. Hasta mis compañeros, tajados hasta la muerte, no tuvieron problemas para entrar. Ni que tuviera un abrigo hediondo. A las 2 AM ya estaba cogiendo la guagua de vuelta a la residencia. La noche fue una completa basura.
Mientras me duchaba, sólo podía pensar en lo poco que me valió la pena salir esa noche. Maldiciendo mi suerte y sin apenas tiempo, cogí la guagua de las 7 y media de vuelta al centro. Un atasco enorme se interponía entre mi primera clase de Ingeniería del Software y yo. El día empezaba bien.
El profesor al menos llegó puntual. Mi coordinador, el señor Mrozek, es un anciano de lo más afable y simpático. Pero hace falta algo más que simpatía para dar clase. Dios, que masque. El hombre parecía tener una papa en la boca. No se le entendía un carajo. Y las diapositivas en polaco. "Don't worry, I'll translate for you", dijo el profesor. Así se arreglan las cosas, sí señor.
Con el sueño que traía encima, mi mente se desplazaba continuamente hacia las nubes. Mis párpados pesaban toneladas y mi cabeza no paraba de balancearse. Cuando volví en sí, el profesor estaba hablando de cafés. ¿Cómo demonios pasó de hablar de la calidad de un software a recalcar lo baratos que están los cafés en la Galeria Krakowska?. "Éste viejo chochea eh...", comentó unas de mis compañeras de clase. Razón no le faltaba. La hora y media de clase restante se la pasó contestando al móvil entre diapositiva y diapositiva. Horrible.
Al finalizar, sin tiempo a pensar, me dirigí al apartamento del Pachorra Team. Era nuestra primera clase de Fundamentos de Sistemas Inteligentes. Se daba una vez al mes, así que nos convenía no llegar tarde. Obviamente, llegamos tarde igualmente.
La facultad donde se impartía esa clase estaba a tomar por culo. Dos tranvías nos costó llegar allí. Era poco tiempo de viaje, pero si te perdías, adiós clase. Menos mal que no era la primera clase de mis compañeros en esa facultad. Para cuando llegamos, el profesor ya había dado un cuarto de hora de clase. Ya eran las 11:15 AM.
Aquí volví a morir. Ya me costaba atender en una asignatura cuyos contenidos me eran familiares. El profesor, que pasó gran parte de su vida en Nottingham, hablaba en un perfecto inglés cosas que no me interesaban lo más mínimo. Sobre todo biología. Menuda introducción nos esperaba.
Tres horas pasaron hasta que por fin oímos algo que sí entendimos: "you have half and hour to have lunch". Correctísimo. Algunos entendieron hora y media en vez de media hora, pero el caso es que podíamos salir a respirar. Y lo que es más importante, comer. No había comido en todo el día, ni tomado un mísero café. Media hora era más que suficiente.
El Pachorra Team, acompañados por un compañero de mi residencia, fuimos a una especie de italiano, cerca de la facultad. El sitio tenía pinta de ser pijo, y caro, pero no teníamos tiempo para pensar. Sublimes pizzas y hamburguesas nos acompañaron en esa comida. Sin tiempo a pedirme ese ansiado café, volvimos a la clase.
¿En qué momento pasamos de la biología a las ecuaciones matemáticas y las aproximaciones?. ¿A buscar el máximo y el mínimo de una gráfica?. ¿Qué tenía eso de inteligencia artificial?. No entendía nada. Todos en clase fueron inteligentes y tenían un café en sus manos. Yo estaba que me caía por los suelos. Las tres horas siguientes se me harían eternas.
La conclusión que saqué de esa clase fue que tengo que entregar un trabajo el mes que viene. De algo que no tenía ni idea. Lo único en lo que podía pensar era en mi camita.
A las 17:40 PM llegué a mi hogar. Ni había terminado el día y ya estaba temiendo lo que llegaría a la noche. ¿Sería una marcha?. ¿Se meterían en mi cuarto los colegas de la resi para joderme?. Sólo el tiempo, acompañados de un sentimiento de pavor, lo dirían.
Este espacio merece la pena chaval! te animo a seguir así!! (correeeccctooo!!). Un abrazo
ResponderEliminarCorrectooooo. Thanks socio :D
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